El antiguo viaducto

Todos en Madrid conocemos la imagen del Viaducto sobre la calle Segovia. Pero lo que quizá no conozcamos es que en el mismo lugar se emplazó otro bastante diferente que estuvo en pie entre 1874 y 1932.

Antiguo Viaducto sobre la calle Segovia fotografiado por J. Laurent. Archivo Ruiz Vernacci. IPCE

Desde muy antiguo existía la idea de construir algún tipo de puente que salvara el valle sobre el que se asienta la calle Segovia, un plan que en sus orígenes se remontó a principios del siglo XVIII, concretamente al reinado de Felipe V.

La calle Segovia, llamada antiguamente calle de la Puente era uno de los accesos más concurridos a Madrid. Su trazado discurre por el antiguo cauce del arroyo de San Pedro que desembocaba en el Manzanares, y a ambos lados existen dos pendientes, casi barrancos, que desde siempre dificultaron el tránsito entre la zona del Palacio y el barrio de San Francisco el Grande ya que para ir de uno a otro había inevitablemente que salvar el enorme desnivel que suponía la calle Segovia.

Además en esta época de finales del XVIII Madrid lógicamente se iba haciendo cada vez mas grande expandiéndose ya hacia el sur acercándose la población hasta el Puente de Toledo y creándose barrios como el de las Vistillas (más antiguo) o el de San Francisco en torno a la conocida Basílica finalizada en 1784 .

A pesar de las enormes necesidades que había para construir un puente que uniera ambos lados de la calle Segovia, los distintos proyectos para hacerlo se fueron aplazando por motivos económicos. Tanto fue así en el primero de ellos, que Felipe V encargó al arquitecto Sacchetti, como el que a principios del siglo XIX propuso José Bonaparte esta vez de la mano del arquitecto municipal Silvestre Pérez. Ninguno de los dos trazados se acabaron llevando a cabo, en ambos casos por el elevado coste que suponían.

El viaducto primitivo en la calle Bailén [hacia calle Mayor, con verja]. Principios siglo XX. Archivo Ruiz Vernacci. IPCE

Tras estos intentos fallidos no será hasta el año 1858 cuando se presente el proyecto que por fin se construirá. La institución que le dará el impulso definitivo será el Ayuntamiento de Madrid, a través del ingeniero de caminos Eugenio Barrón que diseñará el trazado para el ansiado viaducto. La principal novedad del nuevo puente será el material de construcción: el hierro. Mientras los proyectos anteriores siempre habían sido concebidos usando sillares de piedra, Barrón considera utilizar el palastro, o planchas de hierro fundido, tal y como se venía haciendo desde hacía tiempo en otros países de Europa para realizar construcciones similares.

Proyecto Viaducto Barrón. Revista Obras Públicas. 1861

La idea de usar este material tenía sus razones fundamentadas: en primer lugar Eugenio Barrón, que como decimos era ingeniero de caminos estaba muy habituado a utilizar el hierro ya que había sido el protagonista en sus diseños previos de diferentes puentes ferroviarios en España, en segundo lugar el palastro es considerablemente más ligero que los sillares de piedra y eso hacía que se pudiera cubrir toda la longitud del viaducto, unos 123 metros, con tan sólo dos apoyo intermedios, tal y como se aprecia en la imagen del proyecto original, mientras que si se hubiera construido en piedra se necesitarían al menos 8 puntos de apoyo sobre el suelo para salvar el valle que forma la calle Segovia.

En tercer lugar al necesitar menos material resultaría mucho más barato de instalar, y las planchas de hierro permitían una construcción rápida ya que podían ser fabricadas en otro lugar y simplemente ser montadas en su emplazamiento definitivo.

Plano de Madrid de principios siglo XIX.

Para la ejecución de la obra iba a ser necesaria inevitablemente la remodelación del entorno de la calle Segovia lo que conllevaba la expropiación de varias fincas e incluso de manzanas enteras, son concretamente las que vemos en esta imagen del plano de Madrid a principios del XIX. Dichas expropiaciones se comenzaron a realizar en 1862 y como curiosidad se puede señalar que el coste total de las indemnizaciones por las mismas fue cinco veces superior al coste de la construcción del viaducto.

Montaje de las planchas del Viaducto. La Ilustración de Madrid, 15 Febrero de 1872.

Para erigir el puente se fabricaron en París las planchas de hierro necesarias para su construcción, que se traen a Madrid en 1864. Sin embargo el retraso de las expropiaciones de las fincas hace que  el montaje no pueda comenzar hasta 1871 de modo que los palastros del nuevo puente se tienen que depositar en un solar de las vistillas durante siete años. Entre el 71 y el 74 se procedió a la construcción del viaducto que cruzaba la calle Segovia a unos 23 metros de altura.

La primera vez que el nuevo puente se utilizó fue en Octubre de 1874, aun sin terminar del todo, cuando lo cruzó el cortejo fúnebre que trasladaba las cenizas del escritor Calderón de la Barca desde la Basílica de San Francisco donde estaban depositadas al ya desaparecido cementerio de San Nicolás. En la imagen inferior vemos un grabado de ese día. Después se volvió a clausurar para terminar los últimos trabajos de montaje y finalmente se abre de forma definitiva al publico el 14 de enero de 1875

Inauguración del Viaducto con el paso del cortejo fúnebre de los restos de Calderón de la Barca. La Ilustración Española y Americana. 22 Octubre 1874.

El actual viaducto es tristemente famoso por la gente que se ha quitado la vida arrojándose desde él al vacío, pero también lo fue el anterior. Se ha documentado que el primer suicidio ocurrido fue a los pocos días de su apertura al público en 1875.  Y no sería el único durante su primer mes de vida. Es por ello que  desde muy pronto se le empieza a conocer como el puente de los suicidas.

Es muy conocida en Madrid la leyenda de la joven que se lanzó por desamor desde viaducto el  mismo año de su inauguración y que fue salvada milagrosamente porque el aire infló su falda convirtiéndola en una especie de paracaídas saliendo así la muchacha prácticamente ilesa. Es una leyenda y como tal tiene dudosa veracidad pero  lo que sí es cierto es que tan sólo un año después de su inauguración al Ayuntamiento decide elevar la altura de las barandillas para dificultar los propósitos de los que quieren acabar con su vida.

Tarjeta postal del antiguo viaducto a principios del siglo XX.
<p class="has-text-align-justify" value="<amp-fit-text layout="fixed-height" min-font-size="6" max-font-size="72" height="80">El antiguo viaducto estuvo en pie hasta el año 1932. Debido a su falta de mantenimiento no  pudo perdurar más en el tiempo, y es por ello que tuvo finalmente que desmontarse para construir uno nuevo inaugurado en 1934.El antiguo viaducto estuvo en pie hasta el año 1932. Debido a su falta de mantenimiento no  pudo perdurar más en el tiempo, y es por ello que tuvo finalmente que desmontarse para construir uno nuevo inaugurado en 1934.

Por Elena Serna

Historiadora de vocación y de formación. Especialista y apasionada del siglo XIX madrileño y enamorada de la ciudad que me vio nacer a mí y a mis abuelos. Trabajo como guía de arte y mediadora cultural en los principales museos de la capital así como realizando paseos culturales e históricos por la villa. Miembro de la Asociación Española de Guías de Arte.

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